Céspedes vs. Soler
Broderick Zerpa – Parece increíble el tremendo interés que ha desatado el jardinero cubano Yoenis Céspedes, a lo largo y ancho de las ligas mayores, al punto que ha sido visto por los treinta equipos de grandes ligas, con lo que ha pasado a ser una joya, que durante las tres primeras semanas de diciembre deslumbraba a los scouts de toda la pelota, hasta que… comenzaron los rumores.
Los rumores se convierten, algunas veces, en una especie de espada de Damocles sobre las cabezas de grandes prospectos, lo que ha pasado con Céspedes es terrible para el toletero cubano. Sin haber visto un lanzamiento en el béisbol profesional de ninguna parte, Céspedes llegó a cotizarse hasta en 60 millones (para los rumoreadores de oficio) cosa que lo convirtió en un objeto de lujo que comenzó a ser dispensable para varios de los equipos que, en principio, estaban pegados en el interés de su firma.
El precio comenzó a correr equipos al punto que al día en el que escribo esta columna, sólo 7 de los 30aún se mantienen en ¿contienda? Por el recio toletero cubano. Los últimos en dejar claro que ya no pujaban más por Yoenis fueron los Medias Rojas, que al mismo tiempo dijeron a la prensa que, debido al alto precio pensaban que sería una mejor opción su compatriota Jorge Soler.
Y allí mismo comienza una batalla en la que céspedes domina por talento y Soler por la lógica, ahora a Soler lo buscan abiertamente los Medias Rojas, Nacionales, Atléticos, Phillies, Yankees, Cachorros y Rangers. Por su parte Céspedes aún es pretendido por los Tigres, Marlins, Orioles, Phillies, Cachorros, Rangers y Yankees.
Lo cierto es que la presencia de Soler no sólo ha bajado el interés sobre Céspedes sino que ha logrado bajar su precio, mientras que el del propio Soler aumenta exponencialmente. La ventaja principal de Céspedes es que a sus 26 años muchos scouts piensan que está listo para arrancar a jugar grandes ligas a muy corto plazo, mientras que Soler, de sólo 19, tendría que pasar algún tiempo en las menores, eso sin contar las diferencias en el talento entre ambos, que veremos cuando jueguen al mismo nivel.
La gente de Céspedes ha sido inteligente en su manejo, no lo dejaron jugar en República Dominicana, lo que parecería de una lógica absoluta, para no arriesgar su filón de oro ¿Se imaginan que Céspedes jugando en Dominicana tuviese un slump y terminara bateando para 220? sus acciones se hubieran ido a la cañería, en cambio si bateaba 350 no hubiese mejorado en nada su posición, sin duda un riesgo totalmente innecesario.
Yoenis Céspedes tiene una historia en Series Nacionales cubanas en las que bateó para 312 de promedio en 3367 turnos, con 212 jonrones y 693 impulsadas a lo largo de 8 torneos, números que avalan en parte sus capacidades.
Larry Beinfest dijo que los Marlins habían quedado muy impresionados con Céspedes y que la organización comprende que un cubano en un equipo de Miami, tendría un gran impacto de mercadeo, mucho más si ese cubano termina siendo exitoso, pero también se mostró reservado sobre la posible oferta que pondrían sobre la mesa, que una fuente cercana a los Marlins, nos comentó que podría estar cercana a los 36 millones de dólares por 6 temporadas.
A pesar de todo lo antes dicho, es necesario que Céspedes y Soler lleguen a los Estados Unidos a demostrar su verdadero nivel, no es una noticia nueva que casi todos los desertores cubanos necesitan una pasantía por las menores, tal y como pasa con los talentos que llegan de Japón, Venezuela, Dominicana, Puerto Rico y cualquier otro país del mundo incluidos los propios Estados Unidos.
Son contados con los dedos de la mano los peloteros que llegan, desde cualquier otra liga del mundo a jugar en las mayores directamente, no todos son Ariel Prieto o Xavier Nady, que llegaron directo a las mayores, entre los 20 que lo han logrado en la pelota mundial.
de acuerdo 100% con tu comentario esta pelota es muy diferente a la cubana y a la de cualquier otro pais hay que acostumbrarse al picheo de las grandes ligas donde cualquier lanzador tira 5 o 6 lanzamientos y donde se usa mucho el cambio de velociadad que desestabiliza a los mejores bateadores.